CONCHA PIQUER
El pasado martes, 19 de mayo, Juan Sapiña Borsa nos deleitó con la presentación de la vida y obra de María de la Concepción Piquer López, más conocido como Concha Piquer. Personaje excepcional. Valenciana, cantante y actriz por muchos años la reina de la copla. Nació en la ciudad del Turia, posiblemente el 8 de diciembre de 1906, aunque el registro indica que lo fue el día 13 del mismo mes y año. Debutó con 11 años en Valencia, con 16 marchó en gira al Nuevo Mundo, Estados Unidos y América Hispana, y con 52, año 1958, actuó en público por última vez. Aunque por compromisos con la casa discográfica siguió grabando hasta 1963. Casó con el torero, Antonio Márquez Serrano, tuvo una hija Concha Márquez Piqué con una voz, asombrosamente, parecida a la suya, y murió en Madrid el 12 de diciembre de 1990.
Dado que por expreso deseo de su hija no existen biografías de su madre, Juan, para documentarse, realizó una labor de titanes. Marchó a su Casa Museo en Valencia y durante varios días copió todo lo que allí se expone sobre ella: fechas principales de su vida y nombre de los padres; viajes profesionales, actuaciones en los escenarios y participaciones en el cine; relaciones con personalidades del momentos en el campo artístico, cultural e intelectual; artistas que con ella viajaron y actuaron; opiniones personales sobre la vida y hechos concretos y, también, opiniones de otros sobre ella. Interpretó hasta 181 canciones, muchas, de gran éxito y aún recordadas, y gran cantidad de películas, entre ellas la primera española rodada con sonido.
Juan nos hizo atravesar infinidad de veces el Atlántico para saber de sus éxitos en el nuevo mundo, tanto que no es extraño decir que: “Viajas más que los baúles de la Piquer”. Pero fue más allá, nos deleitó con fragmentos de muchas de sus canciones. Nos llevó a nuestra juventud y a que afloraran, gracias a su voz, muchos de los recuerdos dormidos en nuestro interior. Nos hizo rejuvenecer. Gracias Juan.
El epitafio escrito en su tumba, bien la recuerda: “MADRE, AUNQUE AQUÍ YACES, TU VOZ NO SE EXTINGUIRÁ JAMÁS”.
